Durante siglos, las personas han utilizado el poder del agua para realizar diversas tareas. Por ejemplo, para moler granos en harina. Hoy en día, el agua se utiliza para generar electricidad. Pero, ¿cómo sucede?
En las aguas en movimiento, la energía proviene de la gravedad. Según el ciclo del agua en la naturaleza, el agua se evapora de la superficie de la tierra o es liberada por las plantas. Además, el vapor de agua liberado se transfiere a una gran altura y se convierte en gotas de nubes. Además, estas gotas se vuelven más grandes y eventualmente caen del cielo en forma de precipitación: lluvia, nieve.
La fuerza de la gravedad hace que el agua fluya sobre la superficie de la Tierra. Si el agua cae en forma de lluvia, parte de ella fluye por los canales naturales y se convierte en un río.
Las estructuras que convierten el agua en electricidad funcionan con una turbina. En particular, estas estructuras captan la energía del agua corriente gracias a la turbina. Esta turbina giratoria está conectada a un eje. Y el eje gira dentro de un dispositivo llamado "generador". El generador utiliza la inducción para convertir la energía del eje en electricidad.
Hay dos tipos de instalaciones hidroeléctricas. Este es un complejo hidroeléctrico de “cauce de río” y un “embalse” o “presa” de una central hidroeléctrica.
En general, la energía hidroeléctrica depende de cuánta agua haya en los ríos del planeta. Debido al calentamiento global y al cambio climático, algunas regiones pueden experimentar menos precipitaciones. Esto generará menos electricidad.
